Enterados los aldeanos, acudieron de nuevo, esta vez a darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: <<puede ser>>. Al día siguiente, el hijo del granero trató de domar a una de las yeguas, pero ésta lo arrojó al suelo y el joven se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte: pero el padre respondió otra vez: <<puede ser>>.
Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes del ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener rota la pierna. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, mas éste, como podemos imaginar, contestó nuevamente: <<puede ser>>.
He aquí la vida.
PALM
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión cuenta. Gracias por visitar mi blog.
Your opinion matters. Thanks for visiting my blog.