18 de octubre de 2015

URBE

Madrid,
estoy enamorada de tus calles y edificios.
De tu lluvia y de tu sol.
De tu ambiente siempre cambiante y de tus luces de neón.

Atrapas mi mente y calas como la lluvia hasta llegar al corazón.
Tu otoño siempre colorido,
tu verano siempre despejado.
Tu invierno con aire navideño,
y tu primavera siempre placentera.

Me dedicas una sonrisa al amanecer y por las noches cuidas de mi abrigándome con tus luces, siempre despiertas, siempre expectantes.

Nunca creí posible sentimiento tan grande a ciudad tan ajena, pero tú me llenas.

Dulce olor a Madrid, siempre es bueno volver a ti.


PALM
xx

2 de octubre de 2015

ARCOS Y ARMADURAS

Las razones por las que no he publicado antes se podrían convertir en un post en sí mismo. Digamos que no tenía concentración suficiente como para escribir por lo que he escrito alguna cosa sin fundamento. Además, a esto se le añade que tenía unas ganas ENORMES de estrenar la Canon yo la llamo Lolo en Madrid...

Antes de ayer, aprovechando que aún no he empezado las clases en CCINFO se lo toman con calma, decidí visitar el Palacio Real con mis amigas. Estaba todo planeado, sólo quedaba coger la línea dos dirección Ópera. Justo al salir, nos topamos de frente con el Teatro Real de Madrid (al que también me gustaría acudir) y a apenas 200 metros, pudimos disfrutar de la Plaza de Oriente, situada a la derecha (este) del Palacio Real. Además visitamos la Catedral de la Almudena, de estilo neogótico florido francés.


Historia


A partir de 1561, cuando Felipe II convierte a Madrid en capital, el Alcázar conoce varias y sucesivas ampliaciones para adaptarlo a las exigencias de residencia permanente del monarca, las necesidades de gobierno de la Monarquía y la incipiente burocracia. 

En la Navidad de 1734 se incendia el Alcázar, y el Rey Felipe V determina construir un nuevo Palacio Real situado en el mismo lugar, como símbolo dinástico y de continuidad de la Monarquía Española con la Casa de Borbón. El nuevo edificio se concibe con un triple contenido: representativo, residencial y de gobierno. 

El Rey dispuso que Filippo Juvarra realizase el proyecto, con un estilo barroco inspirado en modelos berninianos. Aunque Juvarra muere antes de finalizarlo (1736), su discípulo Juan Bautista Sachetti se encarga de la dirección de las obras. Vivo aún el recuerdo del fuego, se construyó a base de bóvedas, de forma que no hubiera más madera que la de puertas y ventanas. 

Tiene una extensión de 135.000 metros cuadrados y 3418 habitaciones (más grande que el Palacio de Buckingham o el Palacio de Versalles), siendo así el palacio real más grande de Europa Occidental. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de instrumentos musicales conocido como los Stradivarius Palatinos, fabricados por Antonio Stradivari y colecciones muy relevantes de otras disciplinas como pintura (aunque la mayoría se conserva ahora en el Museo del Prado), escultura (sobretodo de Bernini y Benlliure) y tapicería (considerada la principal colección del mundo). 

En la actualidad carece de uso residencial, sólo es empleado en Ceremonias de Estado y actos solemnes. 


A pesar de que una vez dentro no puedes hacer fotografías, había que aprovechar la oportunidad de estar en un Palacio Real... Aquí van unas cuantas bastantes. ¡A disfrutar!

Plaza de Oriente 




En la cola para entrar al Palacio 


Plaza de la Armería


Detalle de la fachada principal 


Vista de la fachada principal de la Catedral de la Almudena, justo en frente del Palacio

Entrada principal


 Detalle de la entrada

 ''El triunfo de la religión'' - Corrado Gianquinto, S. XVIII. Bóveda de la entrada principal

Patio central


 Jardines del Campo del Moro

 En la cola para entrar...


Interior de la Catedral de la Almudena. Bóveda principal 

Órgano situado al norte de la Catedral

En medio, el Cristo de la Buena Muerte

Detalle de la vidriera, una de las características del Neogótico

y Puesta de Sol justo antes de regresar a casa...


A pesar de que se trata del Palacio más grande de Europa Occidental y de que posee una indudable cantidad de tapices, ornamentos, pinturas y esculturas, lo cierto es que no me sorprendió en demasía.

Lo que más me llamó la atención de la escasa muestra que hace La Casa Real (quizás muestran una veintena de Salones y Cuartos, de 3418 con los que cuentan) fueron las paredes. Estaban cubiertas de tapices o forradas de seda y terciopelo, con las iniciales de los Reyes que allí habían vivido, o incluso con hilo de plata, como el Salón del Trono. Otra de las cosas que me gustaron fue el Comedor de Gala, con 14 lámparas de bronce preciosas y la mesa, montada y vestida milimétricamente tal y como estaría en un acto oficial al que pueden asistir hasta 120 comensales. Tampoco se queda atrás la Saleta de Porcelana, en donde las paredes están cubiertas de Porcelana...

A pesar de que no salí maravillada, hay que visitarlo. Puede que el estilo Barroco no sea de especial devoción para mí aunque no sucedió cuando fui al Palacio de Versalles, pero visitar un palacio siempre tiene su encanto... más aún cuando no cuesta nada ;).


xx
PALM