29 de octubre de 2017

CLOCK

Es curioso como nuestra existencia gira entorno a la desdicha. Sin tener la certeza de que todo va a salir como nosotros lo deseamos. Sabiendo que hay gente muriendo en cualquier parte del mundo mientras tecleo cada letra de este texto. Saber que las vidas de otras personas son completamente ajenas a mi conocimiento. Como también lo son sus decisiones, aquellas que marcarán sus predeterminados destinos. La infinita posibilidad de hilos conductores que acabarán en una misma palabra: muerte. Hasta que desde el más allá -si es que lo hay- intentas enviar señales al mundo de que sigues existiendo en un espacio-tiempo diferentes. Pero hay una cosa que permanecerá en este mundo: tu recuerdo. El recuerdo de alguien nunca se olvida. Es paradójico; odias algo o alguien y lo recuerdas porque evocaba en ti sensaciones. El amor, como decía Anne Hathaway en Interestelar, es lo único capaz de traspasar las barreras del espacio y del tiempo. Es lo que te impulsa a desempeñar tu existencia en la tierra, o en la vida, si se prefiere. Sin que te des cuenta, todas tus acciones vienen determinadas por el amor.

Piénsalo un poco.

La canción que escuchaste esta mañana generó en ti alguna sensación. Quizás pensaste: "qué pesados son en esta emisora repitiendo la misma canción todos los días a la misma hora", o "odio que spotify me recuerde que tengo que poner el premium para dejar de aguantar los anuncios", incluso un "me gusta esta canción aunque recuerde a alguien que ya no está en mi vida"  porque, al fin y al cabo todos los ejemplos anteriores evocan en ti algún sentimiento basado en el amor, en la predilección de ciertos comportamientos frente a otros.

El amor solo puede sentirse. Y, si lo piensas un poco, cuando amas algo o alguien no olvidas aquello que no amas. Para mi, y después de una ardua reflexión, amar no es un sentimiento ajeno al resto. Siempre viene agarrado por otra sensación que muchas veces el propio amor desconoce, pero tu interior siente en lo más profundo de su ser.

25 de octubre de 2017

THE POWER

El poder de decir “no” en el momento adecuado es crucial para poder seguir tu camino. Hoy ha sido la primera vez en mis 21 años de vida que digo “no” a que me sigan tomando el pelo. He dejado de posponer lo inevitable y me siento irrevocablemente poderosa; solo yo podía acabar con la toxicidad que me estaba transmitiendo la persona a la que creía querer.

La sensación del “no” es extraña, no voy a mentir. Por un lado, te sientes liberada porque tomas el control de tus decisiones, sin que nadie ejerza influencias con sus sentimientos. Ni con los tuyos propios porque, por otro lado, decir “no” es renunciar a los sentimientos, los recuerdos y las sensaciones que evoca una persona.

Creo que hasta ahora no era capaz de comprender Amor y Asco, de @srtabebi por esto mismo. Siempre anclada a lo que otros quieren, cuando quieren, donde quieren y como quieren. Por fin me doy cuenta de que nada de lo que otros quieran importa, porque a la larga no me va a hacer feliz. Hará felices a los demás, sí, pero erróneamente creerás que la felicidad de otros será la tuya.


PALM

xx